martes, 23 de diciembre de 2014

¡Calentando motores prenavideños! Receta de Pandoro di Verona


¿Qué, cómo marcha la cosa? ¿Todo a punto para la cena de Nochebuena y la posterior comilona de Navidad? En mi casa está la cosa que echa humo, pero no por nada malo, sino porque andamos a cien con los preparativos! Además los niños no tienen cole, y aprovechando que estos días el tiempo ha decidido ponerse de nuestro lado con un sol radiante, que seguramente poco durará, estamos de aquí para allá de una a otra actividad. Me encanta esta época, porque siempre hay algo que hacer :)

Aun así, sigo a tope de trabajo. Pero a tope de verdad. Este viernes mismo es la fecha tope para enviar uno de los muchos estudios para el máster, y sigo redactando la memoria de prácticas. Además de estudiar, que el 8 tengo examen. Vamos, que si alguien piensa a estas alturas que puedo aburrirme… ¡desde luego que se equivoca!


Pero estoy contenta, las cosas sean dichas eh. Porque a pesar de estar hasta arriba de chollo esta época no deja de sorprenderme año tras año. Lo siento, pero soy de ese grupo de gente a la que les flipa la Navidad. Y digo lo siento porque como veis contagio ese sentimiento en el blog, y sé que habrá gente a la que le parezca algo cansina (veeenga… que total sólo dura dos semanitas de nada…). Conste que sí hay algo que no me hace ilusión, aunque al resto sí, y son las super cenas/comidas/megabanquetes que se organizan en estas fechas. A mí es obvio que me gusta cocinar, y me encanta preparar canapés, los dulces y todo eso. Pero creo que llegado a un punto nos pasamos. Y mucho. ¡¡¡Pero si en casa de mi abuela tenemos turrones, polvorones y hojaldrinas hasta marzo!!! Yo, que soy más de cenar ligerito y comer bien, pero sano, acabo hecha polvo las primeras semanas de enero.

El caso es que llevo ya unos cuantos días mentalizándome con la que se me viene encima y he decidido este año tomar conciencia e intentar controlar la situación en la medida de lo posible. Hemos reducido cantidades dentro de un margen razonable (por supuesto, hablo de las cosas de las que nos encargamos nosotros, porque del resto… ¡ay de quien se le ocurra meter mano en la cocina de mi abuela!), y hemos procurado ir a lo seguro, cosas que gustan a todos y que después no estemos rogando con ellas hasta Semana Santa (que nos veo venir…). Por supuesto, esto es lo de siempre: una cosa es el plan, otra el resultado… Ya os contaré en qué acaba. 


Y es que no hay fiesta en la que no surjan imprevistos. Uno de ellos es el reto de Bake the World de este mes, en el que por supuesto participo. Porque, ¿quién podría resistirse a preparar un hermoso y rico Pandoro en estas fechas? Sí, queridos, esta es la propuesta de Clara y Virginia este mes, y sin dudarlo dos veces me he puesto manos a la obra con esta nueva creación. Y digo nueva porque lo es para mí, no había oído hablar de este dulce hasta principios de noviembre, cuando comencé a verlo por la red, y me pareció una alternativa genial al típico Panettone al que casi ya estamos acostumbrados. Pero lo que de verdad me cautivó fue su forma, estrellada, taaan navideña a la que no podía resistirme, de verdad. En mi casa se dieron cuenta, y no tardaron en aprovechar la ocasión de mi Santo, el 13 de diciembre, para regalarme el molde de aluminio original con el que hacer este dulce. 

Aunque he de confesar que esta receta ha dado lugar a más de un momento de desesperación por mi parte. El prefermento se salió por los bordes del bol, después el segundo levado llevó más tiempo que el que había previsto y tuve que enviar a mi madre a casa a que lo metiera a la nevera (no me vuelve a pasar lo del pan del jamón, el sobrefermento es cosa del pasado amigos!), y después descubro que el tercer levado puede durar hasta ¡¡12 horas!! Esto, sin duda, ha sido lo peor: metí la masa en el molde a las 15:45h, y tenía que mandar las fotos y la entrada antes de las 23:59h!!!! ¡No tenía 12 horas para esperar! Vamos, que lo he pasado un poco mal por momentos, pero sólo un poquito. Y creo que el resultado ha merecido la pena, ¿no creéis?


Conste que también me ha servido para hacer algo que sabéis que me encanta, y es indagar sobre la historia y cultura que rodean este postre. Hay webs maravillosas que lo explican, así que no voy a aburriros contándoosla. Lo que sí os diré es que he descubierto que en Verona, aunque suele ser un postre que está presente en la mayoría de los hogares por Navidad, no es típico prepararlo en casa. Resulta que, siendo un dulce tan laborioso, hay una serie de pastelerías ya conocidas en la ciudad que están especializadas en la elaboración del mismo y la gente suele encargarlos allí. Creo que esto nos da una idea del nivel de dificultad del mismo, jeje. A ver, no os asustéis: complicado, lo que se dice complicado, no es. Al menos no si sigues los pasos, y conoces bien los tiempos. En mi caso, he decidido dejaros todos los pasos en la receta lo más claros posibles, indicando el tiempo de cada uno, aunque no es típico que yo haga eso en el blog, pero lo creo necesario para planificar bien el pandoro.

Me parece un postre maravilloso para sorprender a la familia por Nochebuena. Yo desde luego es lo que tengo pensado hacer, no sé vosotros. Y además, como esta receta da para dos pandoros, he congelado la mitad de la masa para hornearla en Navidad. ¿Cómo lo veis?


Bueno, que sé que el tiempo es oro (y en estas fechas más), y no quiero enrollarme más. Os dejo con la receta, explicada paso a paso para que podáis lanzaros sin problema a probarla y os salga a la primera.

Receta de Pandoro (adaptada de esta de Unodedos)
INGREDIENTES
Ingredientes para el prefermento:
- 15 gr de levadura fresca
- 60 ml de agua templada
- 10 gr de azúcar
- 1 yema de huevo
- 50 gr de harina de fuerza

DÍA 1
21:00h Echamos en un bol el agua tibia, donde disolveremos la levadura desmenuzada. Dejamos que repose 5 minutos. En otro recipiente amplio, echamos la harina, y añadimos la mezcla de agua y levadura. Mezclamos bien con la ayuda de una espátula. Añadimos el azúcar y lo integramos a la mezcla. Batimos un poco la yema de huevo y la integramos también. Removemos para asegurarnos que la mezcla es homogénea. La dejamos reposar de 10 a 15 minutos (si en vuestra cocina tenéis una temperatura más bien templada, con 10 minutos será suficiente), hasta que veamos que empieza a burbujear. Tapamos con papel film y lo metemos en la nevera hasta el día siguiente.

DÍA 2
Ingredientes para la primera masa (primo impasto):
- El prefermento del día anterior
- 5 gr de levadura fresca
- 25 gr de azúcar
- 1 huevo mediano
- 200 gr de harina de fuerza
- 30 gr de mantequilla pomada

09:00h En un vaso, echamos dos  cucharadas de agua tibia (unos 30 ml), y disolvemos en ella la levadura. Añadimos esta mezcla a la del prefermento anterior, y la integramos bien con ayuda de una espátula o lengua. Añadimos primero el azúcar, y mezclamos bien. A continuación, batimos el huevo y lo echamos a la mezcla integrándolo con movimientos envolventes. Por último, vamos añadiendo la harina poco a poco. En este punto es mejor dejar la espátula y amasar o bien a mano (como hice yo) o bien en nuestro robot de cocina con el accesorio de gancho. Cuando veamos que la masa ya tiene una textura homogénea, añadimos la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente, y la integramos a nuestra mezcla. Engrasamos un bol con aceite y echamos en él nuestra masa, la tapamos con film o con un paño y dejamos que repose aproximadamente una hora a temperatura ambiente.

Ingredientes para la segunda masa (secondo impasto):
- La primera masa
- 2 huevos medianos
- 1 cucharada y media (tbsp) de vainilla en pasta
- 2 cucharaditas (tsp) de agua de azahar
- Una pizca de sal
- 115 gr de azúcar
- 200 gr de harina de fuerza
- 140 gr de mantequilla a temperatura ambiente

10:30h Llegados a este punto, yo decidí cambiar el bol de trabajo, por lo que eché la masa que ya había preparado en el bol de la batidora o robot de cocina, con el accesorio de gancho. Añadimos en la masa previa los huevos batidos en primer lugar; cuando se hayan integrado, añadimos la vainilla y el agua de azahar; una vez se hayan integrado, añadimos la sal, luego la azúcar, y cuando la masa sea homogénea, echamos la harina poco a poco, y sin dejar de batir a velocidad media. Yo lo tuve amasando en el robot durante unos 10 minutos, hasta obtener una masa suave y elástica. Lo echamos en un bol, engrasado previamente, y lo dejamos que fermente hasta que doble su tamaño (a mí me tardo una hora y media). Cuando haya subido, podemos hacer dos cosas: o bien seguir con el proceso, o, como fue mi caso, meter la masa a la nevera y continuar más tarde. 

13:30h Enharinamos una superficie limpia, y en ella echamos nuestra masa. La desgasificamos y con ayuda de un rodillo le damos forma de rectángulo, estirándola bien (hasta obtener un rectángulo de aproximadamente 55 x 30 centímetros, o un grosor de medio centímetro como máximo). Vamos a empezar el proceso de hojaldrado. Cortamos la mantequilla en láminas y la colocamos en el centro de nuestro rectángulo de masa. Doblamos las esquinas cara el centro, asegurándonos que la mantequilla queda “encerrada” en su interior. La estiramos de nuevo para integrarla, y la doblamos en tres partes, como un libro, llevando cada extremo de la masa al centro. La envolvemos en film transparente y la metemos en la nevera media hora. Transcurrido este tiempo, la sacamos y repetimos la acción anterior dos veces más, dejando reposar siempre la masa 30 minutos entre cada vez. En total, desde que empezamos el proceso de hojaldrado, debe haber pasado como mínimo 1 hora y media. 

15:15h Sacamos la masa de la nevera tras el último reposo, estiramos la masa y la dividimos en dos partes. Una de ellas podemos usarla más tarde o bien congelarla, como yo hice, para otro día (aunque no puedo asegurar que se logren los mismos resultados). La otra, la vamos a bolear: vamos a coger los extremos y llevarlos al centro formando una bola, sin apenas amasar, ya que queremos que conserve la estructura hojaldrada. Engrasamos nuestro molde con mantequilla, y espolvoreamos con azúcar glas. Echamos la bola de masa en el molde, con la cara lisa hacia abajo. Tapamos el molde y lo dejamos reposar de nuevo, para que fermente, hasta que triplique su tamaño y la masa asome por fuera del borde. Puede tardar de unas 6 a 9 horas. En mi caso, estuvo listo a las 6 horas y media (de ahí mi miedo a no poder publicarla a tiempo…).

21:45h Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo y ventilador. Lo horneamos sobre una rejilla que pondremos en el segundo nivel más bajo (aunque yo, la próxima vez, la colocaré directamente en el fondo del horno, pues considero que en mi caso puedo conseguir mejores resultados; en vuestros hornos, dependerá mucho, aconsejo que os guiéis por el color dorado de la base). Lo horneamos así 10-12 minutos, y transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura del horno a 150º y lo dejamos unos 20 minutos más. Si veis que se dora demasiado en la base, poned sobre ella papel de aluminio apto para el horno, pero aseguraros de que hayan pasado mínimo 15 minutos desde que lo introdujisteis el molde. 

22:15h Apagamos el horno y sacamos el molde. Dejamos que el pandoro repose en el molde unos 5 o 10 minutos, y transcurrido este tiempo lo echamos sobre una rejilla. Debería desmoldarse sin problema, si lo habéis engrasado lo suficiente simplemente se deslizará hasta la rejilla. Dejamos enfriar. A la hora de servirlo, lo espolvorearemos de azúcar glas.


Tiempo total: 24 horas
Previsión de tiempo de trabajo: 2 días

Bueno, lo sé, es una receta larga y trabajosa. Pero la recomiendo porque merece la pena el resultado, la verdad. Yo cuando lo vi hecho casi me emociono. Que digo casi, ¡¡me emocioné muchísimo!! Estoy deseando que sea Nochebuena para sorprender a la familia. Ya os contaré sus impresiones (y actualizaré con la foto de la presentación, así que estad atentos!), pero eso sí, en futuras entradas, que por ahora me voy a dar un descansito de unos días para disfrutar de la Navidad como Dios manda.

Que tengáis una semana maravillosa y disfrutéis al máximo de estas fiestas con vuestras familias, pareja y amigos. ¡Un saludo a todos!

Biquiños y… BO NADAL!!!!

Información nutricional del Pandoro
Calorías totales: 3841 kcal
Calorías por ración (15 raciones/pedazos): 256 kcal

2 comentarios:

  1. No me estoy perdiendo ningún post que lo sepas! son maravillosos! a ver si me animo y hago alguno de los últimos postres que has colgado, aunque seguro que el pandoro no va a ser jajajaja. Demasiado tiempo de preparación -.-''
    Un besito!

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  2. Jajajaja!! Sí, da trabajo, pero la verdad es que me gustó mucho hacerlo, y el resultado ya ves que no es malo, no?? Gracias por pasarte, hermosa!! En breve espero volver a publicar alguna cosilla nueva, creo que también algo dulzona :) Así que ya sabes, si te animas tienes donde escoger eh!!
    Un besazo navideño super grande!!

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